Desde Panambí y en avioneta habrían pretendido mandar marihuana al Sur

Domingo 21 de enero de 2018
Una sigilosa investigación iniciada por un juzgado federal del partido bonaerense de Tres de Febrero detectó que dos hermanos oriundos de la fronteriza localidad de Panambí habrían iniciado las maniobras para enviar marihuana por vía aérea a Chubut. 
Fue por medio de escuchas telefónicas ordenadas a partir de otra investigación relacionada con otros misioneros, en la cual estaría involucrado el varón de los hermanos. En base a esos diálogos y otros elementos colectados en casi tres meses, la sospecha alcanzo el grado de certeza y por eso los gendarmes allanaron la propiedad del acusado, ubicada en el paraje La Línea. 
No hallaron marihuana en grandes cantidades como se suponía, pero si algunos gramos de cocaína fraccionados presuntamente para la venta, por lo que el presunto líder del clan familiar fue detenido e imputado por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. 
Para la Justicia, sería un dealer de peso en la zona de frontera y existen denuncias que avalan eso, por lo que decretaron su permanencia y prisión con la prisión preventiva. En paralelo, se sigue la pista del transporte aéreo de sustancias.

Escuchas reveladoras
El detenido se llama Víctor Rosendo Álvez (40). Su casa esta situada a 200 metros de la ruta provincial 5, justo en la calle terrada que delimita las localidades de Panambí y Florentino Ameghino. 
Sobre él ya había una sospecha por venta al menudeo de drogas por lo que estaban siguiendo de cerca sus pasos, indicaron las fuentes, pero su nombre cobró otra relevancia a partir de un alerta emitido por el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de Tres de Febrero. 
El pedido de intervención llegó al Juzgado Federal de Oberá acompañado de los documentos que avalaban la pesquisa encarada por la Delegación Departamental de Investigaciones del Trafico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado del partido bonaerense de Moreno. En ese contexto quedó al descubierto la supuesta maniobra que se concretaría a partir del alquiler de la avioneta, según surge de escuchas transcriptas en el expediente.
Sobre eso se describe algunos diálogos entre Rosendo y su hermana, Romina y ademas, de ella con otros sospechosos mencionados con apodos que actualmente están siendo investigados.
En un diálogo señalado en la causa como ‘audio 3’ aparece el presunto arreglo por el transporte aéreo. La llamada se produjo el 1 de mayo del año pasado. Romina se identificó como hermana de Rosendo y mantuvo una conversación con un hombre de alias ‘Paragua’. Entre ellos hablarían de organizar para transportar la sustancia prohibida hacía el Sur del país, más precisamente a un pueblo cercano Comodoro Rivadavia (Chubut) y que para ello cabría la posibilidad de alquilar una avioneta de mediano porte en Misiones o Paraguay.
En un cruzamiento de mensajes seguido durante ese mismo mes, la mujer también habló con su hermano sobre “preparar la sustancia para el viernes” pero en ese contexto Rosendo le advirtió que no escriba en modo directo para “que no se declare tanto” a fin de evitar ser descubiertos y ordenó que cuando era por negocios le escriba al otro número, reiterando varias veces el otro lo utiliza solo para negocios.

Narcomenudeo
En junio del año pasado, la presunción del envío de droga en una avioneta hacia Chubut se dilató aparentemente, pero la causa tuvo un giro inesperado ya que un dialogo telefónico permitió a los investigadores inferir que en la casa del paraje La Línea se comercializaba droga previo pago de dinero en efectivo y a cambio de objetos de valor. 
El 10 de junio, Rosendo le informó a su pareja que “va a ir Damián” a su domicilio y que éste le tenía que dar 1.000 pesos por cinco gramos de sustancia (al parecer cocaína) que estaría guardada en la pata de la silla. 
La misma modalidad se detectó con otros números telefónicos cuyos diálogos aparecen en el expediente, como por ejemplo el que tuvo con un tal ‘Pepe Canaya’, que le pide diez gramos fiado porque se quedó “sin merca y tiene poca plata”, para lo cual Rosendo pidió que le entregue algo en garantía, terminando por acceder a una computadora.
Llamativamente, en medio de las investigaciones un anónimo domiciliado en la zona denunció ante la Fiscalía Federal obereña que en esa casa se vendía cocaína. Hasta describió que “uno le llama a sus números o le manda mensajes de texto y le pedís que te prepare la merca y  al rato va a la casa y le pasa la plata por la reja y él te da rápido la droga y uno se va, o sino coordinas para que te lleve con su auto de color gris”.
El alto grado de certeza una vez que fue sumada esa denuncia a las escuchas telefónicas, dio paso a un allanamiento. Fue a las 16.45 del 8 de julio de 2017, a cargo de la Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales del Escuadrón 10 (Eldorado) de Gendarmería Nacional. 
Los uniformados requisaron en profundidad cuatro habitaciones, un depósito, cocina, sala de estar y baño. Incautaron tres teléfonos celulares, tarjetas de memoria, cuadernos con varios nombres y anotaciones (presumiblemente de clientes) y siete cédulas verdes pertenecientes a un Volkswagen Bora, un Fiat Spazio, una Renault Kangoo, un Volkswagen Fox, un Peugeot 408 y un Chévrolet Classic, además de una moto Honda de 150 cilindradas.
Pero lo que lo sujetó al proceso fueron seis gramos de cocaína hallados en cinco envoltorios detrás de copas exhibidas en el modular y una balanza de precisión, que reforzó la hipótesis principal. En su auto, un Volkswagen Vento TDI de 500.000 pesos, hallaron dinero en efectivo.

Prisión apelada y confirmada
El abogado de Álvez apeló la prisión preventiva decretada por el juez José Luis Casals bajo el argumento de que los pocos gramos de cocaína eran para consumo propio y eso -a su criterio- no es suficiente para imputarle tan grave delito y menos tenerlo en prisión, pero el magistrado rechazó el planteo y ahora la Cámara Federal de Apelaciones hizo lo mismo, avalando todas las decisiones tomadas hasta el momento, incluso el embargo de 60.000 pesos. “Más allá de la cantidad de estupefaciente, se detectaron conductas de tráfico que a todas luces demuestran que el destino del material incautado es la venta al menudeo” definieron los jueces, y agregaron que “las desgrabaciones de escuchas telefónicas anexadas al expediente reflejan a las claras la venta de estupefaciente y los mensajes extraídos de esos teléfonos, refuerzan la hipótesis de que el imputado comercializaba sustancias prohibidas en el domicilio donde fue detenido y que dicha actividad es de larga data”.