Denuncia que le tiran tierra para desalojarlo de su casa

Lunes 27 de junio de 2016
La desesperación de Miguel De Lima (38) crece cada día al observar con impotencia que las paredes de su casa van cediendo ante la presión que generan toneladas de tierra que fueron arrojadas para obligarlos a desalojar la propiedad.
El hombre y su familia residen en un terreno ubicado sobre avenida Beltrame, en Villa Günther, propiedad de un sujeto para el cual trabajó durante más de diez años en la más absoluta informalidad. Ahora, el dueño pretende que abandone la vivienda y se mude a un espacio verde, lo que De Lima no acepta sin antes cobrar una indemnización por los años trabajados. Mientras tanto, resiste el desalojo forzado que le impone el propietario del inmueble, quien en las últimas semanas introdujo alrededor de 30 cargas de tierra en el mismo terreno, lo que literalmente comenzó a sepultar la casa que habitan.
La situación es desesperante, puesto que las paredes de madera comenzaron a ceder por el peso de la tierra, ramas y escombros arrojados. “Tengo mucho miedo por mis hijos, porque en cualquier momento esto se viene abajo y quedamos enterrados. Hace diez años que trabajo para este hombre, siempre en negro y sin ningún beneficio, y ahora me quiere echar sin pagarme nada. Pero como no acepto, empezó a tirarnos tierra. Es muy injusto”, subrayó De Lima.
Aseguró que en los últimos diez años realizó diversos trabajos para el propietario del terreno que habita, como macheteo, poda y construcción, al tiempo que oficiaba como cuidador de dicha propiedad. Al respecto, precisó que “durante años trabajé por seis pesos por hora, sin seguro ni obra social. Menos mal mi señora cobra el salario de los chicos y hago changas aparte, sino no comemos”.
Mencionó que cuando comenzaron a descargar la tierra en el predio y su casa y la seguridad de su familia se vieron afectadas, se dirigió a la Seccional Segunda para radicar una denuncia, aunque sólo le permitieron realizar una exposición. Hasta ahora, ningún funcionario del área social se acercó para corroborar la situación de la familia.
“Mi bebé más chico tiene dos meses, pero ni eso le importó al dueño. Quiere que salga y me meta en un espacio verde, pero eso no me sirve porque nunca va ser mío. Él reclama lo suyo y yo lo de mi familia; y si les pasa algo a mis hijos, él va ser el culpable”, remarcó.