Cumbre de sonidos ancestrales

Martes 22 de agosto de 2017
El domingo se realizó en la Asociación Japonesa de Posadas el Taiko Matsui, un encuentro de tambores taiko. El evento contó con la participación de distintos grupos de la región provenientes de Oberá, Jardín América, Buenos Aires y hasta ciudades paraguayas como Encarnación, y Pirapó, que se sumaron a los locales.
El Taiko es un estilo de percusión típica de Japón, basado en la ejecución de tambores que nació hace más de 1.400 años. En la antigüedad, este tipo de timbales era utilizado en los campos de batalla, ya que su sonido era el único que podía oírse en medio de un enfrentamiento armado. Ahora, su uso se popularizó como emblema de la cultura japonesa, por lo que está presente en varios de los eventos y actividades que lleva adelante la colectividad nipona en Misiones.
En esta oportunidad, los anfitriones fueron los integrantes de la agrupación local Seiryuu Daiko (cuyo nombre significa fuerza del agua), quienes a puro ritmo abrieron el festival. Durante los primeros golpes, los músicos interpretaron los temas Renshuu y Kore kara, que fueron acompañados con trajes y bailes tradicionales. Por su parte, el trío Wadadaiko, de Pirapó, Paraguay, sumó al espectáculo un show con máscaras de demonios ‘Oni’, que llamó la atención de los asistentes y cosechó aplausos de grandes y chicos por igual.
En la previa del evento, Gastón San Cristóbal, director del grupo Shinzui, oriundo de Buenos Aires, brindó un taller por la mañana, en el que enseñó a tocar el tema Senno Kaikyo, que aprendió durante su estadía en Japón.
Según destacó, se trató de la primera vez que la melodía fue ejecutada en Argentina, razón por la cual fue la canción elegida para la despedida que realizaron en conjunto todos las agrupaciones.
Ambientación nipona
El lugar estaba adornado con lámparas de papel y una gran mesa con bandejas de makisushi que contenía hojas de Nanten. “Lo colocamos para que todos tengan buena suerte ya que es el árbol del buen augurio”, destacaron los organizadores. La celebración también incluyó platos típicos como Yakisoba (fideos fritos con verdura y pollo salteado) y Gyoza (empanadilla salteada con cerdo y jengibre), y una fuente con peces kois.
Con cada golpe, el poder del taiko se hizo sentir demostrando la importancia que tiene, no sólo como soporte de la milenaria cultura e historia japonesa sino también como un puente de comunicación entre las distintas comunidades niponas de la zona.