Cráteres en Siberia develado el misterio

Domingo 1 de marzo de 2015

Algunos lo llamaron "El cráter del fin del mundo", un misterioso agujero de paredes verticales que mantuvo a los científicos en vilo.
El famoso cráter de Bovanenkovo ha cautivado a expertos y neófitos por su tamaño -más de 60 metros de diámetro y 20 de grosor en su boca, por lo que se podría acceder en helicóptero- y por el hecho de que, por el momento, es imposible ver el fondo.
El hecho de que cerca del agujero se encuentre uno de los mayores yacimientos de petróleo y gas de Rusia, y que su operador sea el gigante Gazprom, inquietó a los ecologistas, pero el paso de los días parece haber calmado los ánimos de los más catastrofistas.

Uno de los primeros en llegar a la zona en helicóptero el 17 de julio fue la geóloga Marina Leibman, de la Academia de Ciencias de Rusia, que quedó “impresionada” con la perfección del cráter, que ella describió más como “una cuba”.
La principal hipótesis sobre la causa de estas crecientes formaciones es la de una explosión de gas generada por el derretimiento del permafrost, provocado a su vez por el aumento de temperatura. El derretimiento del hielo subterráneo causa un aumento en la presión, por lo que el gas metano saldría a la superficie en forma de este tipo de cráteres.
El profesor Vasily Bogoyavlensky, del departamento de gas y petróleo de la Academia de Ciencias rusa, ha examinado nuevas fotos de satélite de esa remota zona al norte de Siberia y cree que podrían haber aparecido hasta 20 de estos cráteres, muchos de ellos de menor tamaño y rodeando al agujero principal.
El primer cráter ártico, conocido como cráter de Yamal, apareció 30 kilómetros al norte de Bovanenkovo, una instalación para la extracción de gas.
El segundo apareció 10 kilómetros al sur. Hoy se ha llenado de agua formando un lago, y es el que parece tener una veintena de agujeros menores a su alrededor. Además, las fotos aéreas de la zona revelan que el agua de este lago muestra manchas que podrían deberse a más filtraciones de gas desde el subsuelo. Un tercero apareció a 90 kilómetros de la localidad de Antipayuta.
Se cree que estos cráteres se forman por la explosión de gases subterráneos que se van acumulando, formando bolsas a medida que las altas temperaturas registradas en Siberia funden el manto de hielo subterráneo. Una concentración superior al 5% de metano es suficiente para provocar una explosión. Cuando alcanza el 9,5% es cuando más posibilidades tiene de activarse y provocar un nuevo agujero.
Los cráteres confirman que el cambio climático es real. Lo extraordinario es que este fenómeno, a toda vista natural, haya ocurrido en un espacio de tiempo tan corto, ante nuestros ojos, aseguró Leonid Rijvanov, doctor en Geología por la Universidad Politécnica de Tomsk (Siberia).
Normalmente, los fenómenos geológicos son resultado de procesos de cientos o miles de años, pero los “agujeros negros”, como también son conocidos los cráteres aparecidos en la península de Yamal -que significa “fin de la Tierra” en lengua aborigen- son relativamente recientes.
“Son consecuencia directa del calentamiento de nuestro planeta, que está provocando que se derritan los hielo perpetuos que cubren la tundra siberiana", dijo.
Rijvanov recuerda que el hielo contiene gas y cuando se reduce el espesor de la superficie helada, ese gas sale disparado como si se tratara de fumarolas en las zonas volcánicas y crea esos agujeros con formas tan ideales que parecen hechos por el hombre, por extraterrestres o un meteorito, como se comenta en las redes sociales.
La coordinadora del programa ártico de Greenpeace Rusia, Yevguenia Belakova, señaló a Efe que el metano tiene un efecto invernadero mayor que otros gases y que su presencia es otro factor que contribuye en gran medida al cambio climático en el Ártico.
Los cráteres siberianos podrían ser las 'despensas' energéticas del futuro
Científicos han descubierto en las paredes de los cráteres siberianos 'fuego de hielo', combustible del cual se extrae gas metano, lo que podría constituir un elemento clave en el futuro de la energía gasística de Rusia.
Los altos niveles de 'fuego de hielo' encontrados en los cráteres siberianos podrían convertirse en una fuente gasística clave para Rusia en el futuro, informa 'The Siberian Times'.
Tras analizar los cráteres se ha descubierto en sus paredes altos niveles de un combustible fósil llamado 'fuego de hielo' en el permafrost, capa de superficie permanentemente helada de la que se pueden extraer grandes cantidades de gas metano. Asimismo, afirman que en las mismas fosas podría haber un millón de veces más hidrato de metano que en el gas común.


El fuego de hielo, reserva de gas
El descubrimiento del "hielo Inflamable" o "hidratos de gas", una forma sólida de los gases semejante al hielo y que aparece en la mayoría de los fondos oceánicos del mundo, ha suscitado un interés repentino tanto en la comunidad científica como en los organismos estatales dedicados a la investigación de recursos naturales, así como en empresas de exploración de hidrocarburos. Este interés viene provocado por una parte porque la primeras evaluaciones científicas estiman que el volumen de gas contenido en los reservorios de hidratos puedan exceder ampliamente al de las reservas mundiales de gas conocidas.


La Antártida se derrite en forma irreversible
CABO LEGOUPIL. Desde el terreno, ubicados al extremo norte de la Antártida, una espectacular cubierta blanca de hielo parece extenderse hasta el infinito. Lo que escapa al ojo es la batalla épica que kilómetros abajo se libra y que está redibujando el mapa de la Tierra.
El agua está licuando el hielo antártico. Lo derrite justo cuando se encuentra con el océano. Aunque la capa de hielo se derrite lentamente, en la última década se han vertido al mar unas 118 mil millones de toneladas métricas de hielo, según cálculos satelitales de la Nasa.
El deshielo podría elevar el nivel del mar hasta 3,3 metros en todo el mundo en uno o dos siglos y que cubra las costas que están densamente pobladas.
Partes de la Antártida se están derritiendo a una tasa tan acelerada que el continente se ha convertido en "la zona cero del cambio climático global, sin duda alguna", dijo Jerry Mitrovica, geofísico de la Universidad de Harvard.
Aquí, en la península antártica, donde el continente se está calentando más rápidamente porque la tierra se adentra a un océano cada vez más cálido, se pierden casi 45 mil millones de toneladas métricas de hielo cada año, según la Nasa.
El agua se calienta desde abajo, lo que hace que el hielo retroceda y hace que el aire más cálido continúe el proceso. Las temperaturas subieron 5,4 grados Fahrenheit (3 Celsius) en el último medio siglo, mucho más rápido de que el promedio, dijo Ricardo Jana, glaciólogo del Instituto Antártico de Chile.
Apenas el mes pasado, los científicos notaron en imágenes de satélite que una enorme grieta de hielo en la península llamada Larsen C había crecido unas 12 millas (20 kilómetros) en 2014. Lo que es peor, la grieta afectó un tipo de banda de hielo que usualmente frena esas grietas.
Si sigue así, puede causar la separación de un iceberg gigantesco de hasta 2.500 millas cuadradas, dijo Paul Holland, del British Antarctic Survey. Y existe la pequeña posibilidad de que eso haga desprenderse la plataforma de hielo Larsen C (aproximadamente del tamaño de Escocia), como la Larsen-B lo hizo espectacularmente en 2002.
Hace unos pocos años, los científicos pensaban que la Antártida en su totalidad estaba en equilibrio, sin ganar ni perder hielo.
Los expertos estaban más preocupados por Groenlandia, más accesible y fácil de notar. Pero una vez que pudieron estudiar bien el fondo del mundo, el centro de sus temores cambió.
En la Nasa, el especialista en hielos Eric Rignot dijo que el derretimiento "avanza más rápidamente que lo que nadie había pensado. Es una señal de alarma". Lo que está sucediendo se puede explicar fácilmente echando mano de la física. El agua cálida derrite hielo dese abajo. Entonces, más hielo queda expuesto al agua y se derrite. Finalmente, el hielo sobre el agua se desploma en el mar y se derrite.
La suerte del mundo depende de cuán rápido se derrita el hielo. Al ritmo actual, el fenómeno solamente elevaría el nivel del mar aproximadamente un tercio de milímetro al año, porque los océanos son muy vastos.Pero si toda la capa de hielo al oeste de la Antártida, que está conectada con el agua se derrite indeteniblemente, como pronostican los expertos, no habrá tiempo para prepararse. Los científicos estiman que tomará más de 200 años para que se derrita suficiente hielo para elevar el nivel del mar unos 3.3 metros, quizás solo cien años.  Si eso sucede, ciudades costeras como Nueva York y Guangzhou pudieran enfrentar daños por inundaciones en unas pocas décadas e innumerables centros poblacionales quedarían vulnerables.
"Los cambios en el clima de la Tierra y la reducción de los glaciares no son problemas siempre que no sucedan demasiado rápidamente. Y en estos momentos el cambio es rápido. Eso no es bueno", dijo Rignot. "Tenemos que frenarlo. O tenemos que demorarlo lo más que podamos".