Continúa el cierre de negocios en Iguazú y crece el comercio informal

Viernes 24 de junio de 2016
El costo de los alquileres se incrementó notablemente, subieron las tarifas y bajaron las ventas. | Foto: Eduardo Viera

Más de 60 comercios de la ciudad turística cerraron sus puertas en los últimos cuatro meses como consecuencia de la reducción en sus ventas, aunque la dinámica de la actividad llevó a la mayoría de ellos cambiar de rubro buscando nuevas alternativas en otras zonas con alquileres más accesibles y un público diferente en su conducta de consumo.
La mayor preocupación se manifestó en el rubro de la indumentaria en general, mientras que las despensas de barrio fortalecieron la comercialización de productos de origen brasileño incluidos en la canasta básica, acentuando aún más la informalidad en el mercado.
Es el caso de Maribel y su marido Esteban, quienes se dedicaron durante cuatro años a la venta de ropa femenina y masculina, pero en marzo decidieron abrir una despensa en otra zona de la ciudad a causa del alto costo del alquiler en el centro y esta vez sin empleados. “Ya en Buenos Aires teníamos una despensa, pero en Iguazú siempre nos dedicamos a la venta de ropa. Los alquileres son muy altos en el centro y en Villa Alta pagamos 5 mil pesos menos”, dijo Maribel.

En la avenida Brasil, pleno centro comercial, se observan más de 12 locales comerciales cerrados en un tramo de 400 metros desde la calle Gustavo Eppens hasta su finalización a la altura de la Feriña, donde diariamente concurren los brasileños. La misma fotografía de algunos locales vacíos se observa sobre la avenida República Argentina, donde la mayoría de los alquileres oscilan entre 8 y 25 mil pesos.
“Dejé una boutique y abrí una despensa chiquita porque se me hace imposible pagar 9 mil pesos de alquiler. Además el dueño viene un día y me dice que aumentará 3 mil pesos”, comentó Rosana, y explicó que comenzó a trabajar con algunos proveedores de Buenos Aires y por otro lado la alternativa de comprar en Brasil alimentos como fideos, arroz, azúcar, polenta, papas fritas, gaseosas y pollo.
“Hay una persona de Iguazú que me pasa la mercadería a moto, unos 10 ó 15 pollos dos veces por semana. El cliente viene, mira, compra y nada dice porque está pagando un producto más económico con fecha de vencimiento y fecha de elaboración”, dijo.
Al respecto, en el sector de fiscalización tributaria de la Municipalidad de Puerto Iguazú se reconoció esta dinámica en la economía local con negocios que cerraron y cambios de rubros, aunque manifestaron no tener datos exactos sobre la situación. Por otro lado, desde los sindicatos de comercio, gastronómicos y hoteleros manifestaron estar atentos a la actualidad por las suspensiones y despidos que se llevan adelante desde marzo.
En la delegación del Ministerio de Trabajo y Empleo se informó que hay mayor cantidad de expedientes en relación con el año pasado y tienen menos efectividad en los acuerdos entre las patronales y empleados, con seis a diez audiencias diarias con tendencia a triplicar estas estadísticas.
En medio de la dinámica de la actividad comercial en la frontera, el panorama común en los barrios muestra despensas que comercializan productos brasileños y algunas carnicerías compran las cajas de chuletas de cerdo, chorizos y pollos trozados, cuyo paso no está permitido por el Senasa.
“Es la única manera de sostener mi negocio, porque entre el alquiler, agua, luz, impuestos, tasas y cargas sociales se hace difícil aguantar”, mencionó Luciano, un joven comerciante del barrio Belén, zona alejada del centro y con intenso movimiento.
Por otro lado, el sector comercial y turístico expresa su preocupación por no agilizar el paso fronterizo desde Brasil hacia Argentina por medio del puente Tancredo Neves, mientras que los ciudadanos de la región concurren a Foz de Iguazú para realizar las compras mensuales en el supermercado y se aprovecha la oportunidad para adquirir calzados, ropa y artículos para el hogar a menor precio.
Mientras, es amenazante la creación de comercios libres de impuestos en Foz (zona franca) al igual que el progreso en la calidad de servicios en Ciudad del Este, con la apertura de nuevos hoteles, centro comercial con pista de patinaje sobre hielo, patios de comidas y restaurantes con destacados servicios. “Creo que todavía dinero hay, pero todo se va al otro lado y se entiende, porque los sueldos se estancaron y la plata tiene que alcanzar para llegar a fin de mes”, se resignó Patricia, comerciante de la avenida Victoria Aguirre de esta localidad.
En un supermercado en Porto Meira, próximo al paso fronterizo del lado brasileño, se comercializa un litro de leche a 1,95 reales (menos de 9 pesos), mientras que la bolsa económica, a 45 reales (190 pesos) incluye tres kilos de fideos, cinco de arroz, un kilo de porotos, además de lentejas, harina, aceite, galletitas saladas y dulces, jugos en polvo, leche en polvo, azúcar, sal, café, salsa de tomate, choclo en lata, arvejas, caldos, sardina, caballa y chocolatada en polvo, entre otros productos.
Los pequeños comerciantes de Iguazú abarrotan sus góndolas con productos de la vecina orilla.

Cuatro días de alivio para el turismo

El último fin de semana largo de cuatro días en Argentina oxigenó al sector gastronómico y turístico de Puerto Iguazú, donde se registró una ocupación dispar entre el 60 y 80 por ciento, dependiendo del servicio en los alojamientos.
Al respecto, el licenciado Leopoldo Lucas, presidente de Iguazú Turismo Ente Municipal (Iturem), describió la situación que se vive y manifestó que se encuentra en pleno proceso de promoción del destino. “Fue un respiro para Iguazú y ahora seguiremos enfocados en promocionar el destino. Nos enfocamos hacia adelante con mucha fuerza y estamos con mucho optimismo para las vacaciones de invierno con muy buen índice de reservas (hoteleras)”.




Materiales de construcción: pocas ventas, casi todas con tarjeta
PUERTO IGUAZÚ. En medio del estancamiento de la actividad relacionada a la construcción y a pesar de la continuidad de algunas obras en la ciudad de las Cataratas, hay preocupación de los empresarios por la caída en la venta de productos como cemento, chapas, ladrillos, perfiles y hierros, además de artículos para el interior del hogar como grifería, placares y pinturas.
“Se mueve algo, muy poco, porque al parecer las familias no están construyendo. Algunos compran pinturas de menor calidad y terminan volviendo para llevar algo de mejor calidad”, comentó un empleado de una conocida pinturería ubicada sobre la avenida República Argentina.
“En nuestro caso la caída es lenta, pero se siente de manera significativa si comparamos al año pasado”, añadió el trabajador.
Por otra parte, el gerente comercial de una empresa de materiales para la construcción explicó que el cliente “compra en pocas cantidades con tarjeta y casi nada en efectivo. Hay quienes nos compran porque en la aduana no le permitieron pasar desde Brasil”.
Precisamente sobre este particular, los empresarios de la ciudad observan con preocupación el movimiento comercial en el rubro teniendo en cuenta que muchos productos se compran en Brasil (Porto Meira), más allá de que se observan pocas obras en construcción.
“Estamos trabajando con facilidades de pagos y ferias de la construcción en productos que sirven para finalizar las obras”, detalló el gerente de una empresa nacional con sucursal en Iguazú.