Cómo llegar a la escuela sin estrés

Domingo 25 de febrero de 2018
Todo lo nuevo puede desencadenar sentimientos encontrados, ansiedad, temor, excitación. Así al empezar un nuevo año lectivo, tanto niños como padres experimentan situaciones de estrés, entre las compras previas de los útiles, los gastos que estos generan, el desgano por volver a la rutina y los distintos miedos; marzo puede ser uno de los meses más agotadores y las familias se ven superadas en agenda y sobrecarga mental.
Para evitar empezar con esta pesada mochila el ciclo lectivo, lo primordial es organizarse.
Así lo postula la psicóloga Rosana Aranchuk quien detalló en diálogo con El Territorio, una serie de consejos para mantener la calma y llegar al primer día de clases con mucha más energía positiva.
“Se supone que al comenzar la rutina de la escuela venimos de un periodo de relax, y que uno comienza con todas las energías pero suele pasar lo contrario”, explicó  Aranchuk al detallar que las compras de los útiles y la ansiedad por el inicio de la rutina es estresante. Por ese motivo subrayó que la mejor manera de atravesar esta situación es organizarse. Planificar, prever y sobre todo ir adaptando paulatinamente los hábitos de vacaciones a la rutina cotidiana de clases y trabajo. “Hay que ir recuperando los hábitos perdidos tanto de adultos y niños como dormir más temprano, por ejemplo”, planteó la especialista. “Empezar 15 días antes a habituarnos a recuperar un orden, una organización que permita prever las rutinas diarias como los horarios de comida, de sueño o si el chico tiene que llevar una vianda al colegio”, agregó.

Ansiedad por lo nuevo
Al detallar los sentimientos que experimentan niños y adolescentes en la temporada previa al inicio escolar, Aranchuk remarcó que los que más ansiedad experimentan suelen ser quienes arrancan una etapa nueva en el ciclo escolar: nivel inicial, primaria, secundaria. “Tienen ansiedad por lo nuevo porque comienzan una etapa distinta y tendrán compañeros nuevos, tareas nuevas, conocimientos nuevos que no saben si podrán ser capaces de asimilar”, aclaró. 
El verdadero inicio del año se da en marzo y como todo comienzo implica nuevos desafíos y nuevas realidades, por lo que los chicos también tienen temores, dudas y ansiedades. Un chico que  está en primer grado por ejemplo tiene ansiedad por aprender a leer y escribir o uno que empezará la secundaria se preguntará si en el flamante colegio encontrará algún amigo en su clase, o con qué tipos de pares y profesores se encontrará.
Para apaciguar estas dudas, Aranchuk aconseja que los padres expliquen a sus hijos que no es la primera vez que se enfrentan a esta situación, no es la primera vez que inician las clases, y todas las veces lo han superado, por lo que deberían estar tranquilos que esta vez no van a ser diferente.
De la misma manera, el acompañamiento en los procesos es crucial y así como es importante estar presente en todos los miedos previos, también durante las experiencias escolares. Llevarlos al establecimiento, detenerse en sus padeceres, ayudarlos en sus primeras tareas,  dejar en claro y que sientan que no están solos.
En ese marco, también hacerles ver que lo nuevo no se relaciona directamente con lo malo. En este caso, tienen frente a ellos un mundo nuevo de oportunidades, cosas para aprender, nuevos amigos, nuevas aventuras. Con buena actitud,  podrán aprovechar al máximo todo lo espléndido del retorno a clases.

Familias sanas
Por otro lado, en relación a hijos de padres separados  familias muy numerosas o ensambladas, la psicóloga recomendó a estos padres, no sólo un profundo acompañamiento, sino también tener en cuenta las particularidades de cada uno, “respetarlos como seres individuales y no apurarlos”, destacó Aranchuk. “Muchas veces los padres son los ansiosos y apuran al chico pero no se dan cuenta de que lo terminan frustrando”, sumó.
De la misma manera, la organización y prevención vuelve a ser indispensable y en todos los casos, pero especialmente en los de familias ensambladas, el adulto debe mantener la calma y cultivar mucho la paciencia y la tolerancia, con sus hijos y con los hijos de su pareja.
Manteniendo hábitos saludables, evitando estresarse por nimiedades y traspasar esas fobias a los hijos, el inicio de clases puede volverse una experiencia más de la rutina o algo que genere mucho mejores sensaciones.
A poco más de una semana del gran día, planificar buenas acciones forma parte de una agenda que si se vuelve rutinariamente feliz, ahorrará en disgustos.