Captar y dar atención de salud a niñas embarazadas, el desafío

Domingo 25 de febrero de 2018
Antonela (16) tiene tres hijos y su familia es su único apoyo. | Foto: Carina Martínez
El índice de embarazo adolescente en Misiones  es de 25%, según un informe presentado por Unicef en 2017, que tomó a las gestantes que tenían menos de 19 años. Dicho porcentaje muestra que la provincia está 10 puntos porcentuales arriba de la media nacional. Con la idea de abordar la temática, días atrás se lanzó en la tierra colorada el ‘Plan nacional de prevención y reducción de embarazo adolescente’. Uno de los departamentos con más gestantes jóvenes es San Pedro, según las estadísticas oficiales disponibles.  
En esta localidad se detectan madres desde los 13 años de edad y uno de los problemas que se observa es que las niñas no se realizan controles médicos. Incluso, para  muchas el único contacto que tienen  con los galenos es al momento de parir. 
Desde los Caps y Acción Social de la comuna de San Pedro consideraron que “el alto índice de embarazo en menores está relacionado al insuficiente acceso a la información, debilidad o fragilidad en el sistema educativo y en salud. Como así también en las políticas de prevención”. Además, los padres no brindan los datos necesarios, ya que no tuvieron acceso a la educación o todavía es un tema tabú, dijeron.  
Muchas de las jóvenes que dieron a luz se hacen cargo del niño porque no tienen pareja y necesitan de la colaboración de sus padres. Asimismo, se detecta que abandonan la escuela, por lo que se produce la deserción escolar. Y por la corta edad de las madres, los niños nacen de forma prematura y muchas se contagian de infecciones de transmisión sexual, describen los profesionales de la salud. 
Desde la comuna y Salud Pública  brindan asistencia a las niñas gestantes, en lo que respecta a la alimentación, medicación y atención médica. A la vez, buscan implementar líneas de acción para fortalecer los sistemas de salud y educación. 
“A diario conocemos casos de madres muy jóvenes o niñas, por lo que creemos que es importante realizar un trabajo en conjunto que  garantice el seguimiento a este tipo de problemáticas”, explicó Carlos Ferreyra, secretario de Acción Social.
Una medida son las charlas informativas sobre métodos de prevención de embarazo y de las enfermedades de transmisión sexual y formar equipos técnicos territoriales como por ejemplo, los agentes de salud, quienes están preparados para enfrentar esa situación.  

Ser madre cursando la primaria 
Antonela Lemes Da Silva (16) es madre de tres hijos -Mario de 2, Benjamín y Thiago de un año-. Su primera gestación se desarrolló a los 13 años cuando aún cursaba el séptimo grado y no estaba en pareja. “Nos veíamos a veces y bueno quedé embarazada, fue muy difícil, estuve todo el embarazo internada porque era de alto riesgo, me ayudaron mi mamá y mi abuela, tampoco podía conseguir trabajo por mi edad, ahora estoy por irme a Buenos Aires a trabajar a una casa de familia”, contó.  
La situación se repite al poco tiempo y de esta gestación nacen los mellizos prematuros lo que significó un gran esfuerzo para la familia. “Con ellos estuve un mes en neonatología, fue muy difícil porque no sabía si iban a vivir o no, tenían que tomar una leche especial, pero no la pude seguir dando porque no recibí ayuda, parece que son celiacos, pero como no tengo plata no puedo hacer los estudios”, relató. 
Contó que en la actualidad se relaciona con el padre de los mellizos, con quien pretende convivir en Buenos Aires. Mientras, el padre del primer hijo no se resposabilizó por el menor. Para criar a los hijos cuenta con la ayuda de su abuela y la Asignación Universal. 
Según relató al momento de mantener su primera relación sexual no tenía conocimientos sobre los métodos anticonceptivos y reconoció que ser madre a esa edad no es normal. “En la escuela una vez hablaron sobre el uso de preservativos,  pero nunca nos comentaron sobre la ‘pastilla del día después’ o algún otro método anticonceptivo, creo que sería muy importante que se brinde mayor información para que no siga pasando y uno pueda tener la posibilidad de hacer las actividades acorde a la edad, yo no pude hacer nada, tampoco pude seguir estudiando”, indicó. 
Pese a las dificultades y tener una mínima noción del cambio que significaría llevar adelante el embarazo, la adolescente aseguró que  “en ningún momento pensé en abortar, lo quería tener; varias personas me recomendaron hacerlo porque arruinaría mi futuro, pero yo me puse alegre cuando supe de los embarazos, conozco amigas que sí lo hicieron, pero yo pude seguir adelante con la ayuda de mi familia”.
La familia de Antonela reside en colonia Paraíso, en una casa pequeña, precaria, de madera y con las mínimas comodidades. Fraternizan su madre Nélida Lemes Da Silva (32) que es sordomuda, su tío Rafael (28) que es discapacitado y se moviliza en una silla de ruedas y su abuela Olinda Da Rosa (73). 
Nélida y Olinda se desdoblan para brindar cuidado a los niños y al joven de 28 años. “Yo los cuido bien, nunca les faltó nada a los chicos gracias a Dios, soy la apoderada de Antonela y la autoricé a viajar para buscar un futuro mejor y después llevar a los niños y formar su familia”, dijo la jubilada.