Brasileños se ajustan los cinturones y compran cada vez menos en Misiones

Viernes 31 de julio de 2015
Las bajas ventas, producto de la caída del real, dejan sin movimiento a algunos negocios fronterizos.

Una gran incertidumbre se vive por estos días en las ciudades misioneras fronterizas con Brasil, producto de la dependencia económica que los comerciantes mantienen con el vecino país.
La crisis económica y sobre todo-la devaluación del real repercuten intensamente, y es así que tanto intendentes como vendedores de la frontera se encuentran cada vez más preocupados por el futuro de los municipios.
Los funcionarios y vecinos se encuentran atentos y analizan los posibles impactos que podría provocar la depreciación del real, tal como sucede en localidades paraguayas como Ciudad del Este o Pedro Juan Caballero.

El Gobierno argentino, por su parte, además de pedir a los empresarios que “no asusten a los inversores con el fantasma de la devaluación”, indicó que la devaluación de la citada moneda y la caída de las bolsas chinas no implicarán que vaya a haber ningún “cambio drástico” para la economía argentina.
Ante la gravedad de la situación económica, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, llevó a cabo una reunión de urgencia con los gobernadores y ministros de su país, en la búsqueda desesperada de una rápida solución a la creciente crisis.

Los primeros efectos
En Misiones, en algunos municipios fronterizos comienzan a registrarse las primeras consecuencias de la depreciación de la moneda brasileña.
 José Benítez, quien hace 42 años se desempeña como vendedor en Bernardo de Irigoyen, contó a El Territorio que los pobladores de la zona, en su mayoría brasileros, se encuentran con graves problemas para pagar los créditos que debieron sacar para mantener sus casas, y negocios. “La crisis allá es muy fuerte, por eso tampoco vienen a comprar a Argentina. No tienen con qué comprar, están todos comprometidos con sus deudas”, lamentó.
Asimismo, Edgardo Aquino, jefe comunal de dicho municipio, expresó su preocupación por la situación cambiante en la frontera seca. “La gente trata de aguantar lo más que puede, tiene expectativas, pero lo cierto es que hay mucha inestabilidad del otro lado, lo que repercute ineludiblemente en este lado”, indicó.
Rubén de Lima Natividade, intendente de San Javier, contó que se realizan charlas con los comerciantes de la ciudad a fin de que se cuiden los precios. “Nuestros clientes son argentinos, no brasileños. Pero el problema viene cuando los argentinos ven la conveniencia en ir a comprar a Brasil, y ahí nos empezamos a preocupar. Les pedimos a los vendedores que no exageren con los precios, para cuidar al cliente”, especificó.

Estrepitosa caída de ventas
“Hoy (por ayer) es jueves. Acá los jueves no podías pasar, y hoy hay tres o cuatro autos estacionados”, describió Miriam De Mello, comerciante de Bernardo de Irigoyen. La dueña de un local polirrubro frente a la aduana con Brasil expresó con tristeza que cada día se vive peor el conflicto económico, debido a que “más o menos el 89 por ciento de nuestros clientes son brasileños”.
A esto, agregó, “nosotros estamos a 50 metros de la aduana, nuestro comercio es totalmente brasileño. Nunca antes ocurrió algo similar; antes en esta época había el doble de movimiento, y ahora nada”.
La misma situación se vive en El Soberbio, donde este matutino corroboró que dos de los más grandes supermercados registraron una gran caída en sus ventas. Ello, puesto que antes el flujo de brasileños era el más importante, y hoy se trabaja solamente con la gente de las colonias y del pueblo.
El presidente de la Cámara de Comercio de Bernardo de Irigoyen, Jorge Sosa, sostuvo que “la actividad comercial en la zona cayó un poco más del 80 por ciento, por la devaluación y los costos”.
Además, detalló que los productos más buscados por los brasileños son los artículos de limpieza, perfumería y bebidas, los cuales, por el cambio, se volvieron un lujo, problema que repercute principalmente en el comerciante argentino.
Así también, Daiana De Lima, comerciante del mismo municipio, señaló que amén de que los cariocas ya no cruzan a comprar a Misiones, cuando lo hacen es simplemente para adquirir cosas básicas, como alimentos o vinos.
“Antes venían, compraban, se iban a otros municipios como Eldorado a comprar. Y ahora, más que vino y alfajores no llevan”, contó.
Lo mismo fue observado por Sosa, quien relató que los rubros más perjudicados son los de ropa. “En una cuadra cerraron hasta cuatro tiendas de ropa”, afirmó.

Múltiples despidos y cierres
Además de que los dueños de comercios sufren por las bajas ventas, también se ven acorralados al tener la responsabilidad de mantener a su personal. Y muchas veces, debieron despedir a sus empleados, por no tener con qué pagarles, e incluso debieron cerrar sus negocios.
“Por el escaso movimiento que hay, los comercios que antes trabajábamos con seis personas hoy lo hacemos con tres. Hay negocios que antes tenían como quince empleados y hoy no tienen más de cinco; es desesperante”, afirmó la comerciante De Mello.
Lo mismo ocurre en Foz de Iguazú, donde según constató este medio, cada día se suman locales comerciales que cierran y cuelgan carteles de “aluga-se” (se alquila).

Los productos afectados 
La devaluación del real frente al dólar se traslada a las mercaderías que los comerciantes de la frontera venden a los brasileños, en su mayoría importadas y cotizadas en monedas norteamericana.
Tal como indicó el presidente de la Cámara de Comercio, los vecinos de Bernardo de Irigoyen ratificaron que muchos locales de ropa cerraron sus puertas, puesto que los brasileños ya no cruzan el río en busca de precios o calidad textil, solamente lo hacen para buscar algunos alimentos, según consignó Jorge Sosa.
“Si no les sobra para comprar allá, menos para venir acá”, justificó por su lado Benítez.
A esto se suma la suba de precios en alquileres, lo que provoca que los comerciantes no puedan sostenerse.
El alcalde Aquino, indicó que desde su comuna se impulsan varias obras con el fin de reubicar la mano de obra despedida. Sin embargo, admitió que la situación se torna cada vez más difícil y la incertidumbre afecta tanto a los vecinos como a la Municipalidad.
Ante esta situación, comerciantes de Bernardo de Irigoyen recuerdan lo ocurrido en el 2001. Que se repita ese escenario representa uno de los principales temores.
 “Durante el uno a uno, todos los argentinos se iban a comprar a Brasil y muchos negocios del lado argentino de la frontera tuvieron que cerrar por las bajas ventas; apenas dos sobrevivieron a esa época”, recordó Sosa.

El real sigue perdiendo ante el dólar

El real retomó las caídas ayer y cerró en 3,37 unidades por dólar, un retroceso de 1,19 por ciento respecto al miércoles, informó la consultora de mercado CMA en San Pablo a la agencia de noticias AFP. La divisa del vecino país retrocedió cinco días seguidos, después que el miércoles pasado el Gobierno brasileño redujera la meta de superávit fiscal primario -previo al pago de los intereses de la deuda- a 0,15 por ciento del PIB, por debajo del 1,1 por ciento inicial, debido a un agudo freno de la actividad económica y a la proyección de una menor recaudación fiscal.
Brasil atraviesa su quinto año de magro o nulo crecimiento. Para este año el Gobierno prevé una contracción del Producto Bruto Interno de 1,49 por ciento.
Tras el cierre del miércoles, el real suma una caída de 20 por ciento ante el dólar en lo que va de este año. En 2014 bajó 13 por ciento frente a la divisa estadounidense.
En el país, la divisa brasileña se mantuvo en 3,40 pesos, mientras que en la frontera se cotizó entre 4 y 4,20 pesos.



Dilma admitió la crisis y afirmó que no renunciará
En medio del caos que vive el país carioca por la crisis que lo azota, la presidente brasileña Dilma Rousseff se reunió ayer en el Palacio de Alvorada con 27 gobernadores de manera urgente, en busca de ayuda y apoyo para sentar bases de cara a una nueva etapa de resurgimiento económico.
Si bien admitió que no pudo cumplir con ciertas promesas electorales, debido a la crisis internacional y la desvalorización del real frente al dólar que determinaron la suba inflacionaria,  aseguró que no renunciará y culminará su gestión en 2018.
Según indicó el diario carioca O Red Globo, Dilma afirmó que “en las últimas elecciones asumimos compromisos delante de los electores expresados en nuestros planes de gobierno de cuatro años, es decir hasta el 2018”, por lo que no tiene en mente la renuncia.
Sobre la crisis, destacó que en 2014 hubo un hecho importante en el escenario internacional: el colapso en los precios de commodities, principales ítems en Brasil de las exportaciones, como soja y petróleo. Dicho colapso, acompañado de una gran desvalorización del real, generó el impacto en los precios y aumentó la inflación, según indicó.

Una economía más fuerte
Pese a todo, Dilma aseguró que la economía brasileña es más fuerte que años anteriores.
 “Quiero decirles hoy que la economía brasilera es más fuerte, más sólida y más resistente de lo que era años atrás, cuando enfrentó crisis similares”, señaló. Y añadió: “No niego las dificultades, pero imagino que tenemos todas las condiciones para superar dificultades y enfrentar desafíos. Queremos construir bases estructurales para un nuevo ciclo de desarrollo”.
De acuerdo a la presidente de Brasil, la inflación comenzará a caer en 2016.
Para ella, la combinación de la reducción de inflación con un equilibrio fiscal va a crear las bases para un nuevo ciclo de expansión de créditos y contribuirá a un incremento del consumo familiar.