Bomberos diversifican actividades para trabajar y hacer mejoras

La labor de los bomberos voluntarios exige esfuerzo y sacrificio, pero también capacitación, actualización e innovación. Y la mayor parte de ello depende del dinero que no genera su labor gratuita, por lo que deben ingeniárselas para recaudar fondos y aprovechar los insuficientes fondos que otorga el Estado.
En Candelaria, por ejemplo, desde 2014 no se reciben subsidios nacionales debido a irregularidades heredadas de gestiones anteriores.
Hasta tanto se restablezca el flujo de dinero (tras poner en regla la documentación, esperan sea el año próximo), “vamos subsistiendo con la cuota societaria, la cuota mensual de Caminos del Paraná, con ello pagamos luz, seguros, combustible, repuestos, honorarios del contador, cursos de perfeccionamientos del personal, comestibles para la guardia, teléfono Y cuando no alcanza, tratamos de recaudar a través de la venta de pastelitos, pollos a la parrilla,porque además hay que ir renovando la indumentaria, comprando herramientas necesarias para cada siniestro”, detalló la titular del cuerpo, Ramona Blanco.
Mientras, en Eldorado, que tiene el cuartel más antiguo de la provincia (45 años), además de los subsidios reciben el 6 por ciento de la tasa retributiva a la propiedad que aporta el municipio y cuentan ingresos por la colaboración voluntaria de socios de la cooperativa de electricidad y alquiler de espacios y servicios privados en eventos que precisan la seguridad.
Pero advirtieron que los equipos individuales se gastan y tienen una fecha de vencimiento. “Ante la emergencia, se puede compartir o usar un equipo algo gastado, pero si hay un accidente, el primero que te marca las falencias es el seguro”, señaló el jefe del escuadrón, Saturnino Rolón, quien detalló: “Vestir a un bombero cuesta alrededor de 60 mil pesos”.
De su lado, Montecarlo brilla por su organización y diversifica acciones para seguir recaudando. Posee un predio de  cinco hectáreas donde se construyen una pista de karting, un complejo de albergue y piletas, y en diciembre se inaugurará el salón de usos múltiples, además de un salón en el Parque Juan Vortisch que explota durante la Fiesta de la Orquídea y otros eventos.
San Pedro, en tanto, cuenta con un cuartel que ya resulta insuficiente, pero al no contar con el título de propiedad del inmueble, se dificulta la obtención de financiación para construir uno nuevo.
Los socorristas reciben un 4% de la tasa inmueble y se solventa con venta de pollo, rifas y eventos. “Con ingenio y pidiendo favores paliamos la falta de fondos, los mismos bomberos aportan de su bolsillos para muchas cosas, sobre todo para la comida”, reconoció Jorge Atilio León, a cargo del cuerpo.
Por su parte, los bomberos de Alem disponen de una suma fija en cada factura de electricidad, que por años se mantuvo en 2,85 pesos y en abril último se pudo incrementar a 7 pesos. También se recibe un porcentaje de los trámites en la Municipalidad y la comunidad se muestra especialmente solidaria ante los imprevistos.
El cuartel de Iguazú, que cinco años atrás estuvo cerca de cerrar, experimentó un gran crecimiento debido al compromiso de los bomberos, que se arriesgaron a sortear un auto (pagado en cuotas por ellos mismos) y hoy el bono colaboración anual es la principal fuente de ingresos.