A machetazos desfiguró a su pareja en un pinar

Sábado 20 de diciembre de 2014
Una agricultora oriunda de esta localidad se sumó a la lista de femicidios que han sacudido a esta provincia, sobresaliendo en este caso la atrocidad y el ensañamiento hacia la mujer, que recibió una lluvia de machetazos de parte de su cónyuge.
María Pintos (44) tenía varios años de relación con el paraguayo identificado como Oscar Vera (52), cuando éste, en un descomunal ataque de ira, decidió -por motivos que la Justicia intenta dilucidar- quitarle la vida de una manera tan atroz como violenta.
Según se desprende del informe policial, la golpeó salvajemente y no conforme, con un machete le destrozó la caja torácica y el rostro, con cortes tan violentos que literalmente partieron su cabeza en dos, con la consecuente pérdida de masa encefálica.
La víctima también tenía cortes en ambas manos y antebrazos, lo que indica que se resistió tenazmente a los golpes e intentó atajar los mortales machetazos del asesino. Entre sus dedos hasta había restos de cabellos que serían de su victimario.
Consciente o no de la gravedad del delito que cometió, el homicida arrastró el cuerpo ensangrentado unos diez metros, desde la orilla del camino hacia la entrada de un pinar y lo dejó ahí, esperando que nadie lo encuentre.
Pocas horas después un agricultor de la zona que pasaba por el lugar en compañía de sus perros decidió indagar ante los insistentes ladridos y se topó con la dantesca escena. Fue él quien llamó a la Policía para advertir sobre el macabro hallazgo.
Los uniformados llegaron a los pocos minutos y el panorama era “difícil de ver, la saña con la que fue atacada fue descomunal” según confió a este diario un efectivo que estuvo en el lugar. El cuerpo estaba en posición decúbito dorsal con las prendas de vestir sucias y algunas partes desgarradas.
Los investigadores manifestaron que en una primera revisión la víctima no habría sido objeto de un abuso sexual, por lo que sus ropas estaban bajas y rotas por el arrastre del cuerpo. De todas maneras la autopsia determinará la causa de su muerte y si existió la violación.

Relación conflictiva
El demencial ataque ocurrió al atardecer del último jueves, en un camino terrado poco transitado del barrio Industrial, en el corazón del paraje Villa Urquiza.
Es una zona rural distante aproximadamente a trece kilómetros del conglomerado urbano de esta localidad, donde vivía la mujer con el principal sospechoso, detenido casi doce horas después del homicidio en un monte cercano.
Es que la Policía una vez enterada del hecho y luego de que una hermana de la víctima reconoció que se trataba de Pintos, comenzó un amplio operativo para ubicar al presunto asesino, sin imaginar que podría ser el concubino de la mujer.
Las averiguaciones en horas posteriores y testimonios de personas que conocían al matrimonio dieron cuenta de una relación conflictiva y de mucha violencia, pese a que ambos estaban juntos desde hacía tiempo y tenían hijos adultos.
Sus conocidos manifestaron que ambos eran asiduos consumidores de bebidas alcohólicas y las peleas entre ambos eran frecuentes, pero jamás existieron denuncias y ese era un dato llamativo hasta el cierre de esta edición, porque en las comisarías no había registros.
La hermana de Pintos confirmó esa versión ante los detectives y relató que el fin de semana pasado la víctima, acompañada de su pareja, estuvo dos días en Posadas y la última vez que la vio con vida fue en compañía del hombre.

Tras los pasos del sospechoso
Todos los datos conseguidos apuntaron directamente a Vera, un ciudadano paraguayo que ingresó a este país hace muchos años por un paso clandestino. Es indocumentado y sus nombres, con los que se identifica habitualmente, fueron impuestos por él mismo.
Inmediatamente pasó a ser el principal acusado de femicidio y durante varias horas la búsqueda fue infructuosa, puesto que el hombre desapareció de su casa en el barrio Las Lomas y también de los lugares donde frecuentaba asiduamente.
Recién minutos antes de las siete de la mañana de ayer, un llamado anónimo advirtió el lugar donde estaba oculto. Los policías fueron hasta una zona de espesa vegetación en el paraje Cuatro Bocas y ahí estaba, agazapado en el monte.
El hombre presentaba al momento de la detención lesiones en las piernas, que podrían haber sido producidas por su tránsito entre la vegetación y en el rostro presentaba heridas compatibles con los de rasguños, indicaron las fuentes.
En el mismo sitio los investigadores encontraron el machete con algunas manchas de color rojo que serían presumiblemente sangre y una gorra para sol que aparentemente usaba la mujer, elementos que fueron analizados por la Policía Científica.
El sujeto permanecerá detenido en la Seccional Primera hasta que sea llamado a indagatoria por el juez interviniente, algo que ocurriría la semana entrante. Su testimonio será clave para dilucidar qué lo indujo a cometer semejante masacre.
Fuentes oficiales indicaron que al ser detenido habría confesado su autoría y al mismo tiempo pidió perdón.


Segundo femicidio El 8 de noviembre Silvia Mancuello (23) fue atacada por su pareja y murió con el rostro destrozado por los golpes. Por el crimen fue detenido Carlos Miguel Ortiz (28), quien esa madrugada fue hasta la Policía y confesó que había terminado con la vida de su pareja.
La tragedia ocurrió en el barrio San Martín de Jardín América. En la vivienda familiar los efectivos encontraron a la víctima tendida sobre el colchón, con el rostro ensangrentado. Tenía el tabique nasal roto y presentaba traumatismo facial, lo cual daba cuenta del grado de violencia con la que el hombre atacó a su mujer.