Los mitos dominan la información sobre sexo en las mujeres jóvenes

Domingo 10 de mayo de 2009
A veces la espera en la antesala de la consulta médica que suele considerarse tiempo perdido, puede convertirse en muy provechosa y generadora de más salud. En el servicio de Planificación Familiar del Hospital Madariaga, la propuesta es aprovechar los “tiempos muertos” para hablar de salud sexual y reproductiva con las pacientes y sus acompañantes.
Un equipo interdisciplinario de estudiantes voluntarios de la Unam, con supervisión de médicos y docentes, desarrolla un proyecto educativo que consiste en desplegar una clase no formal con participantes espontáneos sobre temas relacionados a la sexualidad, la autoestima, el cuidado del cuerpo y los métodos anticonceptivos, entre otros.
La tarea complementa las acciones del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable y evidencia que la información y los conocimientos que guían las decisiones de las jóvenes y hasta las  mujeres adultas, muchas veces es falsa y está sustentada en mitos y creencias populares.        
Las reuniones tienen lugar cada semana en las salas de espera y en las salas de internación de pre-parto y puerperio. 

Mejor temprano
Rosaura Barrios (22), estudiante de comunicación social y Marcelo González (28), estudiante de profesorado en biología, inician el diálogo para romper el hielo minutos antes de que el reloj de las 7. Luego de presentarse comienzan a hacerlo las madres, hijas, mujeres que el azar reunió en la espera de ser atendidas por el obstetra.
Con timidez y un poco de sorpresa por lo inesperado de la intervención, una a una las mujeres dicen sus nombres y edades. Es el disparador de una charla que poco a poco se vuelve más distendida. Durante el diálogo, los voluntarios ocupan los saberes y comentarios surgidos para contrastarlos con la información médica. Y las mujeres mayores y más experimentadas aleccionan a las jóvenes.      
La pregunta acerca de los métodos anticonceptivos no tarda en surgir. “Conviene más el Diu  -dispositivo intrauterino- porque las pastillas te olvidás de tomarlas  y la inyección te hincha”, indicó Cintia (20).
“A mi me dijeron que a una mamá se le corrió el Diu y el bebé nació con el alambre metido en la cabeza”, contó una adolescente.
Como estos, los comentarios  de tipo fantasioso son una constante en las reuniones y representan algunas de las dudas que los voluntarios del equipo interdisciplinario buscan reemplazar por información científica, pero expuesta en lenguaje claro.    

Información simple
Una lámina simple, elaborada por los comunicadores del equipo sirve para presentar esquemáticamente la colocación del Diu y sus beneficios. “Es un método muy eficaz, pero las mujeres que lo adopten deben seguir con los controles que les indica el ginecólogo, para verificar que el uso sea correcto”, indicó Marcelo, que resaltó la importancia de que tanto hombres y mujeres puedan informarse acerca de todas las maneras de cuidarse, “es un derecho y a la vez les da más herramientas para optar por el método que les parezca más conveniente y eficaz”.   
“Nuestros padres no entienden por qué se habla tanto de estas cosas, ellos tuvieron muchos hijos, nosotros somos un montón de hermanos y a veces no alcanza para criarlos bien y darles todo lo que necesitan”, reflexionó Ramona (23), del barrio San Isidro.
Clara (42), del barrio Ñu Porá,  expresó que es conveniente hablar con los hijos de sexo, “pero será más adelante porque ahora son muy chicos, cuando crezcan sí vamos a hablar de esos temas”. 
“A mí, mis hermanos que son adolescentes empiezan a preguntarme, y yo sé bastante porque daba unas charlas con una doctora, pero a veces no sabés  qué responderles”, admitió Ramona (23), una referente barrial. Y reclamó, “en la escuela nos les enseñan nada de la sexualidad y se supone que los docentes tienen que estar manejando esos temas para explicarles a los chicos”.

Mirada integral
El equipo de trabajo interdisciplinario surgió en 2003 por iniciativa de la magíster en antropología Lidia Schiavoni, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, y el responsable de la Unidad de Perinatológicas del Hospital Madariaga, el médico Jorge Pianesi.
El equipo de trabajo voluntario está integrado por siete estudiantes de comunicación social, antropología y profesorado en biología de la Unam.
Según un informe presentado  en las Segundas Jornadas Multidisciplinarias de Investigación desarrolladas en ese nosocomio el 23 y 24 de abril pasado, en 2008 se realizaron 1.156 encuentros en salas de espera, con una frecuencia de tres encuentros semanales matutinos y dos vespertinos, en los que participaron más de doce mil usuarias, de entre 13 y 60 o más años, donde predominan las usuarias de entre 17 y 24 años.

Deuda en el aula
En 2006 una ley hizo obligatoria la enseñanza de la educación sexual en todos los niveles de la enseñanza y de forma transversal, desde todas las asignaturas.
Pero el derecho de los niños y adolescentes a acceder a estos contenidos es todavía materia pendiente en muchas escuelas.
Los docentes dicen que falta capacitación o señalan la dificultad de desarrollar proyectos para abordar la temática de manera transversal.      
En escuelas en las que ya se desarrollan estos contenidos, los profesores y directivos evidenciaron que para que el aprendizaje tenga sentido, “hay que realizar un estudio socio ambiental de la población estudiantil para detectar lo que los chicos necesitan”, dijo la profesora Marcela Recalde.


Embarazo adolescente
Según las estadísticas vitales publicadas por el Ministerio de Salud de la Nación, en el año 2005 el número de recién nacidos de madres menores de 20 años fue de 107.109, cifra que va en paulatino aumento si se los compara con los de 2002, que hablaban de 100.082. En la mayoría de los casos son embarazos no planificados y probablemente el principal factor determinante de esta situación sea  la falta de educación que reciben estos jóvenes y el desconocimiento sobre el uso de métodos anticonceptivos.